Cuando pensamos en construir una vivienda nueva, tendemos a centrarnos en el diseño, la distribución de los espacios o los acabados. Sin embargo, hay un elemento que, aunque pase desapercibido, influye en gran medida en la calidad de vida de quienes habitarán esa casa: las instalaciones de agua. Un grifo con poca presión, una tubería que gotea detrás de un tabique o una red mal dimensionada pueden convertirse en quebraderos de cabeza costosos y molestos.
En Bilbao y el resto de Bizkaia, donde conviven edificios
históricos rehabilitados con promociones de obra nueva, la correcta
planificación de la fontanería es aún más importante. No se trata solo de
cumplir la normativa vigente, sino de aplicar criterios técnicos que garanticen
la eficiencia, la durabilidad y el respeto por el medio ambiente.
A continuación, repasamos los aspectos clave que se deben
tener en cuenta al proyectar y ejecutar instalaciones hidráulicas en viviendas
de nueva construcción en nuestra zona.
Marco normativo: lo que dice la ley
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El Código Técnico de la Edificación (CTE) es la referencia
fundamental para cualquier obra nueva en España. En este contexto, el Documento
Básico HS (Salubridad) incluye un apartado específico dedicado al suministro de
agua: el HS4. Este documento establece los requisitos mínimos que deben cumplir
las redes interiores de fontanería.
Entre los aspectos que regula se encuentran la presión
mínima en los puntos de consumo, el caudal necesario para cada tipo de
instalación, los materiales permitidos y las distancias de seguridad con otras
redes. También obliga a diseñar sistemas que eviten el retorno de agua
contaminada hacia la red general y que garanticen la calidad del agua potable
en todo momento.
Sin embargo, la normativa no acaba ahí. En Bizkaia, el
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia tiene exigencias específicas para las
acometidas y la conexión a la red pública. Antes de dar de alta un suministro,
es obligatorio presentar documentación técnica, realizar pruebas de presión y
estanqueidad, y cumplir con los procedimientos administrativos específicos de
cada territorio.
Los ayuntamientos, por su parte, disponen de ordenanzas
municipales que regulan aspectos como el consumo, la instalación de contadores
o la prevención de fugas. Todo esto hace que el marco normativo sea amplio y,
en ocasiones, complejo. Por eso es tan importante contar con profesionales que
conozcan bien la normativa.
Diseño integrado: la clave está en la planificación
Uno de los errores más comunes en obra nueva es tratar las
instalaciones de agua como algo secundario que se aborda una vez definida la
estructura del edificio. Sin embargo, si se integra el diseño hidráulico desde
el principio, se pueden evitar problemas como cruces innecesarios con vigas,
incompatibilidades con las instalaciones eléctricas o dificultades en el
mantenimiento futuro.
Un buen proyecto de fontanería debe tener en cuenta la
distribución de las viviendas, la ubicación de los baños y las cocinas, y la
disposición de los patinillos técnicos que permitan acceder a las tuberías sin
necesidad de romper las paredes. También conviene prever espacio suficiente
para las válvulas de corte, los contadores individuales y los elementos de
control.
La coordinación entre arquitectos, ingenieros y fontaneros
es esencial en esta fase. Cuando todos trabajan desde el principio, el resultado
es una instalación funcional, accesible y fácil de mantener.
Materiales: no todos valen lo mismo
La elección de los materiales es otro de los pilares
fundamentales de una instalación de calidad. En la actualidad, los materiales
más habituales en obra nueva son el cobre, el polietileno reticulado (PEX) y
las tuberías multicapa. Cada uno de ellos tiene sus ventajas.
El cobre es un material tradicional, duradero y resistente a
altas temperaturas. Se utiliza sobre todo en instalaciones de agua caliente
sanitaria y en edificios donde se busca la máxima fiabilidad. Su único
inconveniente es el precio, algo más elevado que el de otras alternativas.
El PEX, por su parte, es flexible, resistente a la corrosión
y muy fácil de instalar. Además, reduce el riesgo de fugas en las uniones. Es
una opción cada vez más popular en viviendas unifamiliares y pequeñas
promociones.
Las tuberías multicapa combinan las ventajas de ambos
sistemas: son resistentes, ligeras y compatibles con diferentes tipos de
conexiones. Su versatilidad las hace ideales para proyectos de tamaño medio y
grande.
Sea cual sea el material elegido, lo importante es que
cumpla con las certificaciones sanitarias vigentes y que se adquiera a través
de proveedores homologados. Ahorrar en materiales puede salir muy caro a medio
plazo.
Buenas prácticas en la ejecución
Incluso con un buen proyecto y materiales de calidad, una
instalación puede fallar si no se ejecuta de manera rigurosa. Algunos aspectos
a los que conviene prestar atención son los siguientes:
- Pruebas de presión. Antes de cerrar paredes o techos, es imprescindible someter toda la red a pruebas de presión y estanqueidad. De este modo, se detectan posibles fugas o puntos débiles antes de que el edificio esté habitado.
- Protección contra el retorno. La instalación de válvulas antirretorno en puntos estratégicos evita que el agua contaminada vuelva a la red general. Se trata de una medida de seguridad básica que a veces se pasa por alto.
- Control de la presión. En edificios altos o con presión elevada, conviene instalar reguladores para evitar daños en electrodomésticos y grifería. También ayudan a reducir el consumo de agua.
- Accesibilidad. Las llaves de paso y los contadores deben ubicarse en lugares accesibles para que puedan revisarse o manipularse sin necesidad de realizar grandes obras. Parece obvio, pero no siempre se tiene en cuenta.
Eficiencia hídrica: un valor añadido
La sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad. En Bilbao, al igual que en el resto de Europa, el sector de la construcción está evolucionando hacia unos estándares cada vez más exigentes en materia de eficiencia energética y hídrica. Algunas medidas sencillas que se pueden incorporar en las viviendas nuevas son, por ejemplo:
- Grifería con aireadores o limitadores de caudal, que reducen el consumo de agua sin afectar a la comodidad.
- Cisternas de doble descarga, que permiten ahorrar hasta un 50 % de agua en cada uso.
- También están los sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia, que son cada vez más habituales en chalets y viviendas unifamiliares.
- La preinstalación para reciclar aguas grises es una inversión que gana interés en promociones de alto nivel.
Estos sistemas no solo reducen el impacto ambiental, sino
que también suponen un ahorro económico para los usuarios. Además, en el caso
de viviendas en venta, pueden suponer un factor diferencial frente a la
competencia.
La importancia de contar con profesionales locales
Por último, pero no menos importante, está la elección de
los instaladores. En Bizkaia hay profesionales con amplia experiencia en obra
nueva y rehabilitación que conocen a la perfección la normativa local, los
procedimientos del Consorcio de Aguas y las particularidades técnicas de la
zona.
Trabajar con Fontaneros en bilbao facilita la coordinación con el
resto de agentes implicados en la obra y garantiza una respuesta rápida ante
cualquier imprevisto. Además, su conocimiento del territorio les permite
ajustar las soluciones técnicas a las condiciones específicas de cada proyecto.
En definitiva, una buena instalación de agua no se
improvisa. Requiere planificación, materiales adecuados y profesionales
cualificados. Sin embargo, cuando todo se hace bien, el resultado es una
vivienda cómoda, segura y preparada para el futuro.